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Lucas 9:32-50 Nueva Biblia al Día (NBD)

32. Pedro y sus compañeros se habían quedado dormidos, rendidos por el cansancio. Pero cuando se despertaron, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

33. Mientras estos hombres se alejaban de Jesús, Pedro le dijo:—Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Podemos construir tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pero él no sabía lo que decía.

34. No había terminado de hablar cuando apareció una nube que los envolvió y ellos se llenaron de miedo.

35. De la nube salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo, al que yo escogí. Escúchenlo».

36. Después que se oyó la voz, Jesús quedó solo.Los discípulos por algún tiempo no le dijeron nada a nadie de lo que habían visto.

37. Al día siguiente, cuando bajaron de la montaña, mucha gente les salió al encuentro.

38. De entre toda esa gente, un hombre le dijo:—Maestro, te ruego que ayudes a mi hijo, pues es el único que tengo.

39. Un espíritu se apodera de él y, de repente, hace gritar al muchacho. También lo sacude con violencia y hace que eche espuma por la boca. Cuando por fin lo suelta, lo deja todo lastimado.

40. Les rogué a tus discípulos que echaran fuera al espíritu, pero no pudieron.

41. Respondió Jesús:—¡Oh, gente falta de fe y perversa! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes y soportarlos? Trae acá a tu hijo.

42. Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo derribó e hizo que temblara con violencia. Pero Jesús reprendió al espíritu maligno, sanó al muchacho y se lo devolvió a su padre.

43. Todos quedaron asombrados ante la grandeza de Dios.Y mientras la gente seguía tan asombrada por todo lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:

44. —Pongan mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.

45. Pero los discípulos no entendían lo que Jesús quería decir con esto. Todavía todo estaba como nublado para ellos y no podían comprenderlo. Y no se atrevían a preguntarle.

46. Cierto día, los discípulos comenzaron a discutir acerca de quién de ellos sería el más importante.

47. Jesús sabía lo que ellos pensaban, así que tomó a un niño y lo puso junto a él.

48. Les dijo:—El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El que es más insignificante entre todos ustedes, ése es el más importante.

49. Juan le dijo:—Maestro, vimos a un hombre que echaba fuera demonios en tu nombre, pero como no anda con nosotros, tratamos de que no lo hiciera.

50. Jesús les respondió:—No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes está a favor de ustedes.

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