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Lucas 9:25-35 Nueva Biblia al Día (NBD)

25. ¿De qué le sirve a alguien ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo?

26. Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.

27. Les aseguro que algunos de los que están aquí no morirán sin antes haber visto el reino de Dios.

28. Más o menos ocho días después de haber dicho esto, Jesús, acompañado de Pedro, Juan y Jacobo, subió a una montaña para orar.

29. Mientras oraba, su cara cambió y su ropa se volvió blanca y brillante.

30. Entonces aparecieron dos hombres: eran Moisés y Elías que conversaban con Jesús.

31. Estaban rodeados de gloria, y hablaban de la partida de Jesús, que iba a ocurrir en Jerusalén.

32. Pedro y sus compañeros se habían quedado dormidos, rendidos por el cansancio. Pero cuando se despertaron, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

33. Mientras estos hombres se alejaban de Jesús, Pedro le dijo:—Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Podemos construir tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pero él no sabía lo que decía.

34. No había terminado de hablar cuando apareció una nube que los envolvió y ellos se llenaron de miedo.

35. De la nube salió una voz que dijo: «Este es mi Hijo, al que yo escogí. Escúchenlo».

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