Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Lucas 8:23-36 Nueva Biblia al Día (NBD)

23. Mientras navegaban, él se quedó dormido. Entonces se desató una tormenta sobre el lago, y la barca comenzó a hundirse poniéndolos a ellos en peligro.

24. Los discípulos fueron a despertar a Jesús y lo llamaron a gritos:—¡Maestro, Maestro, nos estamos hundiendo!Él se levantó y ordenó al viento y a las olas que se calmaran. La tormenta se detuvo y todo quedó tranquilo.

25. Después les dijo a sus discípulos:—¿Dónde está la fe de ustedes?Ellos, llenos de temor y asombro, se decían unos a otros: «¿Quién será este hombre que aun los vientos y el mar lo obedecen?»

26. Siguieron navegando hasta la otra orilla del lago, hasta la región de los gerasenos, frente a Galilea.

27. Al bajar Jesús de la barca, un endemoniado que venía del pueblo le salió al encuentro. Este hombre desde hacía mucho tiempo andaba desnudo y no vivía en una casa sino en los sepulcros.

28. Cuando vio a Jesús, lanzó un grito y cayó de rodillas ante él. Entonces dijo a gran voz:—¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Te ruego que no me atormentes!

29. Decía eso porque Jesús le había ordenado al espíritu maligno que saliera del hombre. Ese espíritu se había apoderado de él muchas veces. Al hombre le ponían cadenas en los pies y en las manos para sujetarlo, y lo mantenían vigilado, pero él rompía las cadenas y el demonio lo hacía huir a lugares solitarios.

30. Jesús le preguntó:—¿Cómo te llamas?Respondió:—Legión.Así contestó porque habían entrado en él muchos demonios.

31. Estos le suplicaban que no los mandara al abismo.

32. Como había en la colina muchos cerdos comiendo, los demonios le rogaron a Jesús que los dejara entrar en ellos. Y él les dio permiso.

33. Cuando los demonios salieron del hombre, entraron en los cerdos. Y todos los cerdos corrieron hacia el lago por el despeñadero y se ahogaron.

34. Los que cuidaban a los cerdos vieron lo que pasó y se fueron a llevar la noticia al pueblo y por los campos.

35. La gente salió a ver lo que había pasado. Al llegar, encontraron a Jesús y, sentado a sus pies, al hombre del que habían salido los demonios. Cuando lo vieron vestido y en su sano juicio, se llenaron de miedo.

36. Los que vieron estas cosas le contaron a la gente cómo había sido sanado el endemoniado.

Leer capítulo completo Lucas 8