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Lucas 6:1-18 Nueva Biblia al Día (NBD)

1. Un sábado, Jesús y sus discípulos pasaban por los sembrados. Sus discípulos se pusieron a arrancar unas espigas de trigo y las restregaban con las manos para desgranarlas y comérselas.

2. Entonces unos fariseos les dijeron:—¿Por qué hacen ustedes lo que está prohibido hacer en sábado?

3. Jesús les contestó:—¿No han leído ustedes lo que hizo David cuando él y sus hombres tuvieron hambre?

4. Entró en la casa de Dios, tomó los panes que estaban consagrados a Dios, que sólo a los sacerdotes se les permitía comer, y comieron él y sus hombres.

5. Y añadió:—El Hijo del hombre es Señor aun del sábado.

6. Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Y había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.

7. Como los maestros de la ley y los fariseos vigilaban a Jesús tratando de encontrar algún motivo para acusarlo, querían ver si sanaba en sábado.

8. Aunque Jesús sabía lo que estaban pensando, llamó al hombre de la mano paralizada y le dijo:—Levántate y ponte en medio de todos.El hombre hizo como Jesús le había indicado y Jesús les dijo a los otros:

9. —Les voy a hacer una pregunta. ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o destruirla?

10. Entonces Jesús miró a todos los que lo rodeaban y le dijo al hombre:—Extiende tu mano.Él la extendió, y su mano le quedó sana.

11. Pero los que querían acusarlo se llenaron de ira y comenzaron a hacer planes contra Jesús.

12. En aquellos días se fue Jesús a la montaña y pasó toda la noche orando a Dios.

13. Al amanecer, llamó a sus discípulos y entre ellos escogió a doce, a los que llamó apóstoles:

14. Simón (a quien le puso el nombre de Pedro) y su hermano Andrés, Jacobo, Juan, Felipe, Bartolomé,

15. Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón (al que llamaban Zelote),

16. Judas hijo de Jacobo, y Judas Iscariote (que fue el que lo traicionó).

17. Jesús bajó de la montaña con ellos y se detuvo en un lugar llano. Allí lo esperaban muchos de sus discípulos y mucha gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón.

18. Habían llegado para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. También los que eran atormentados por espíritus malos quedaban sanos.

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