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Lucas 22:41-56 Nueva Biblia al Día (NBD)

41. Entonces se alejó de ellos a una buena distancia, se arrodilló y se puso a orar:

42. «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo. Pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres».

43. En ese momento, un ángel del cielo se le apareció para darle fortaleza.

44. Estaba tan angustiado, que se puso a orar con más intensidad, y su sudor caía a tierra como grandes gotas de sangre.

45. Cuando terminó de orar, volvió adonde estaban los discípulos y los encontró dormidos, estaban agotados por la tristeza.

46. Les dijo: «¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren para que no caigan en tentación».

47. Mientras Jesús decía esto, llegó mucha gente y al frente de ellos iba Judas, que era uno de los doce. Éste se acercó para besar a Jesús.

48. Pero Jesús le preguntó:—Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?

49. Los discípulos, al ver lo que pasaba, le dijeron:—Señor, ¿atacamos con la espada?

50. Y uno de ellos le cortó la oreja derecha al sirviente del jefe de los sacerdotes.

51. Jesús les ordenó:—¡Basta ya, déjenlos! Entonces tocó la oreja del hombre y lo sanó.

52. Luego les dijo a los jefes de los sacerdotes, a los capitanes del templo y a los ancianos que habían venido a llevárselo: —¿Por qué vienen contra mí con espadas y palos como si yo fuera un bandido?

53. Yo estaba con ustedes en el templo todos los días, y sin embargo, no se atrevieron a arrestarme. Pero esta es ya la hora de ustedes, hora en que reinan las tinieblas.

54. Entonces arrestaron a Jesús y lo llevaron a la casa del jefe de los sacerdotes. Pedro los seguía de lejos.

55. Allí, en medio del patio, encendieron una fogata y se sentaron alrededor de ella. Pedro también se sentó con ellos.

56. Una sirvienta, al verlo sentado junto al fuego, se le quedó mirando y dijo:—¡Éste estaba con él!

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