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Lucas 2:29-48 Nueva Biblia al Día (NBD)

29. «Ahora, Soberano Señor, tu palabra se ha cumplido: ya puedes dejar que este tu siervo muera en paz,

30. porque mis ojos han visto tu salvación,

31. la que has preparado a la vista de todos los pueblos;

32. es la luz que alumbrará a las naciones y la gloria de tu pueblo Israel».

33. El padre y la madre del niño se quedaron asombrados de lo que decía de él.

34. Simeón los bendijo y le dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño ha sido enviado para hacer que muchos caigan o se levanten en Israel. Él será una señal y muchos se le opondrán,

35. así se conocerán las intenciones de cada uno. Esto será para ti como una espada que te atravesará el alma».

36. También estaba en el templo una profetisa, Ana, hija de Penuel, que pertenecía a la tribu de Aser. Era muy anciana. Cuando era joven, había vivido con su esposo siete años,

37. pero entonces quedó viuda y ahora ya tenía ochenta y cuatro años de edad. Nunca salía del templo; se pasaba noche y día adorando a Dios con ayunos y oraciones.

38. Ana llegó también en aquel mismo momento, dio gracias a Dios y comenzó a hablar del niño a todos los que esperaban que Dios liberara a Jerusalén.

39. Después de haber cumplido con todo lo que mandaba la ley, José y María regresaron a Galilea, a su propio pueblo de Nazaret.

40. El niño crecía y se fortalecía; se llenaba de sabiduría y Dios lo favorecía.

41. Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua.

42. Cuando él cumplió doce años, fueron allá como era su costumbre.

43. Al terminar la fiesta, se regresaron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres se dieran cuenta.

44. Ellos caminaron todo un día pensando que Jesús iba entre los familiares y conocidos. Cuando lo buscaron

45. y no lo encontraron, volvieron a Jerusalén para buscarlo.

46. Después de tres días, lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.

47. Todos los que lo oían se quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.

48. Cuando sus padres lo vieron, también se quedaron admirados. Su madre le dijo:—Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? ¡Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia!

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