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Lucas 14:9-26 Nueva Biblia al Día (NBD)

9. el que invitó a los dos te dirá: “Dale tu asiento a este otro invitado”. Entonces, avergonzado, tendrás que sentarte en el último lugar.

10. Lo mejor será que, cuando te inviten, te sientes en el último lugar. Así, cuando venga el que te invitó, te dirá: “Amigo, ven acá, aquí hay un lugar mejor”. Así, recibirás honor delante de todos los demás invitados.

11. Todo el que se engrandece a sí mismo será humillado; y al que se humilla Dios lo ensalzará.

12. Luego, Jesús le dijo al que lo había invitado:—Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus familiares ni a tus vecinos ricos, porque cuando ellos te devuelvan la invitación, habrás recibido tu recompensa.

13. Lo mejor es que cuando des un banquete, invites a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos.

14. Así serás dichoso, pues ellos no tienen con qué recompensarte, pero tú serás recompensado cuando resuciten los justos.

15. Cuando uno de los que estaba sentado a la mesa con Jesús oyó esto, le dijo:—¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!

16. Jesús le respondió:—Un hombre preparó una gran cena e invitó a muchas personas.

17. A la hora de la cena mandó a su sirviente a decirles a los invitados: “Vengan, porque ya todo está listo”.

18. Pero todos los invitados comenzaron a dar excusas. El primero dijo: “Te ruego que me disculpes, pues acabo de comprar un terreno y tengo que ir a verlo”.

19. Otro dijo: “Te ruego que me disculpes, pues acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y tengo que probarlas”.

20. Y otro dijo: “Acabo de casarme y no puedo ir”.

21. »El sirviente regresó y le contó todo esto a su señor. Entonces el dueño de la casa se enojó y le dijo al sirviente: “Ve pronto por las calles y los callejones del pueblo, y trae acá a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos”.

22. Poco después, el siervo volvió a decirle: “Señor, ya hice lo que usted me mandó, pero todavía hay lugar”.

23. El señor le dijo: “Ve por los caminos y las veredas y obliga a la gente a entrar, para que se llene mi casa.

24. Les aseguro que ninguno de los primeros invitados disfrutará de mi cena”.

25. Mucha gente seguía a Jesús, entonces él se volvió y les dijo:

26. «El que quiera seguirme tiene que amarme más que a su padre, a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso más que a su propia vida. De lo contrario, no podrá ser mi discípulo.

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