Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Hechos 22:12-25 Nueva Biblia al Día (NBD)

12. Allí, vino a verme un hombre llamado Ananías, que obedecía la ley y a quien respetaban los judíos de Damasco.

13. Él se puso a mi lado y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!”. Y en aquel mismo instante recobré la vista y pude verlo.

14. Luego me dijo: “El Dios de nuestros antepasados te ha escogido para que conozcas sus planes, y veas al Justo y oigas las palabras de su boca.

15. Tú serás su testigo ante todo el mundo de lo que has visto y oído.

16. No hay tiempo que perder. Levántate, bautízate, y lávate de tus pecados invocando su nombre”.

17. »Cuando regresé a Jerusalén, en el templo tuve una visión mientras oraba.

18. Vi al Señor que me decía: “¡Date prisa! Sal en este momento de Jerusalén, porque no creerán lo que digas acerca de mí”.

19. Yo le respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por todas las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti.

20. Y cuando estaban matando a Esteban, tu testigo, yo estaba allí aprobando lo que hacían y cuidando la ropa de quienes lo mataban. “

21. Pero el Señor me dijo: “Vete, porque yo te enviaré a naciones que están lejos.”»

22. La gente estuvo escuchando a Pablo hasta que dijo esto. Entonces gritaron: “¡Bórralo de la tierra! ¡Ese hombre no merece vivir!”

23. La gente seguía gritando, tirando sus ropas y arrojaba polvo al aire.

24. Entonces el comandante ordenó que metieran a Pablo en el cuartel y que le dieran latigazos. Quería saber por qué gritaban así contra él.

25. Pero cuando lo estaban sujetando con cadenas para azotarlo, Pablo le dijo al capitán de los soldados que estaba allí: —¿La ley les permite a ustedes azotar a un ciudadano romano antes de que lo juzguen?

Leer capítulo completo Hechos 22