16. aprovechen bien cada oportunidad, porque los días son malos;
17. no sean tontos, sino traten de entender cuál es la voluntad de Dios.
18. No se embriaguen, pues no se podrán controlar; más bien dejen que el Espíritu Santo los llene y controle.
19. Así hablarán entre ustedes con salmos e himnos y cantos espirituales, y elevarán al Señor alabanzas y cantos de todo corazón.
20. También le darán gracias siempre y por todo a Dios, nuestro Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
21. Sométanse unos a otros por respeto a Cristo.
22. Las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten al Señor.
23. Porque el esposo es cabeza de la esposa, de la misma manera que Cristo es cabeza y salvador de ese cuerpo suyo que es la iglesia.
24. Así que las esposas deben estar sujetas en todo a sus esposos, así como la iglesia lo está a Cristo.
25. Los esposos, por su parte, deben mostrar a sus esposas el mismo amor que Cristo mostró a su iglesia. Cristo se entregó a sí mismo por ella
26. para hacerla santa y la purificó lavándola con agua por medio de la Palabra.
27. Lo hizo así a fin de presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin manchas ni arrugas ni nada semejante, sino santa e intachable.
28. Así deben amar los esposos a sus esposas: como aman a su propio cuerpo. ¡El hombre que ama a su esposa se ama a sí mismo!
29-30. Nadie aborrece su propio cuerpo; antes bien, lo alimenta y lo cuida con esmero. Cristo hace lo mismo con ese cuerpo suyo del que formamos parte: la iglesia.