Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Apocalipsis 9:1-10 Nueva Biblia al Día (NBD)

1. El quinto ángel tocó la trompeta y cayó una estrella del cielo a la tierra y recibió la llave del pozo del abismo.

2. Al abrirlo, un humo negro como de un horno gigantesco se elevó y oscureció el sol y el aire.

3. Del humo brotaron langostas que descendieron sobre la tierra con poder para aguijonear como alacranes.

4. Se les había ordenado que no dañaran la hierba ni ninguna planta ni ningún árbol; en cambio, debían atacar a las personas que no tuvieran el sello de Dios en la frente.

5. No les estaba permitido matarlas, sino someterlas durante cinco meses a una agonía semejante al dolor del aguijonazo del alacrán.

6. En aquellos días, las personas tratarán de matarse, pero no se les concederá la muerte. Ansiarán morir, pero la muerte huirá de ellos.

7. Aquellas langostas parecían caballos preparados para la guerra. En la cabeza llevaban algo así como una corona de oro y tenían el rostro muy semejante al rostro humano.

8. Sus cabellos eran largos como de mujer, y sus dientes parecían dientes de leones.

9. Traían puestas corazas que parecían de hierro, y sus alas producían un estruendo semejante al de muchos carros que corren a la batalla tirados por caballos.

10. Como los alacranes, llevaban el aguijón en la cola, donde precisamente residía el poder que se les había dado para dañar a la gente durante cinco meses.

Leer capítulo completo Apocalipsis 9