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1 Timoteo 5:9-23 Nueva Biblia al Día (NBD)

9. Para que una viuda pueda estar inscrita en la lista, debe tener por lo menos sesenta años de edad y no haber tenido más de un esposo.

10. Tiene que haberse labrado una sana reputación por sus buenas obras, como por ejemplo, haber educado bien a sus hijos, haber sido hospitalaria, haber lavado los pies de los que son del pueblo santo, haber brindado ayuda a los que sufren y haber sido bondadosa en todo.

11. Las viudas más jóvenes no deben figurar en la lista porque lo más probable es que más adelante se dejen llevar por sus deseos, se alejen de Cristo y se quieran casar.

12. Así serán culpables de haber faltado a su compromiso anterior.

13. Además, se acostumbran a estar ociosas y andar de casa en casa y se vuelven perezosas, chismosas y entrometidas, hablando de lo que no deben.

14. Por eso, exhorto a las viudas jóvenes a que se casen de nuevo, que tengan hijos y que lleven bien su hogar. Así el enemigo no podrá hablar mal de ellas.

15. Temo que algunas ya se hayan descarriado para seguir a Satanás.

16. Si alguna mujer creyente tiene una viuda en la familia, está obligada a mantenerla, y no debe dejarle esta carga a la iglesia. Así la iglesia puede dedicar sus recursos al cuidado de las viudas que no tienen a nadie en este mundo.

17. Los ancianos que cumplen bien con su deber en la iglesia, especialmente los que se dedican a predicar y enseñar, deben ser doblemente apreciados y recompensados.

18. Recordemos que la Escritura dice: «No le pondrás bozal al buey que trilla el grano; ¡déjale comer mientras trabaja!» Y en otro lugar dice: «El obrero es digno de su salario».

19. No hagas caso a ninguna acusación contra un anciano si no está respaldada por dos o tres testigos.

20. Si de veras ha pecado, repréndelo ante la iglesia en pleno, para que nadie siga su ejemplo.

21. Delante de Dios, de Cristo Jesús y de los santos ángeles, te encarezco que sigas estas instrucciones sin dejarte llevar de prejucios y favoritismos.

22. No impongas con ligereza las manos a nadie, porque corres el peligro de hacerte cómplice de pecados ajenos. Consérvate limpio de pecado.

23. No sigas bebiendo sólo agua; toma también un poco de vino por el bien de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.

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