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Zacarías 9:8-15 Nueva Biblia al Día (NBD)

8. Y cuidaré mi templo como un vigilante, para impedir que ningún enemigo entre. ¡Nunca más un enemigo atacará a mi pueblo, pues ahora yo soy su poderoso guardián!

9. ¡Regocíjate grandemente, pueblo mío! ¡Grita de alegría, Jerusalén! ¡Tu rey viene montado sobre un burrito! ¡Es un rey justo y humilde, y viene a salvarte!

10. Destruirá los carros de guerra de Efraín y la caballería de Jerusalén. Acabará con el poderío militar de los fuertes y establecerá la paz entre las naciones. Su reino se extenderá de mar a mar, desde el río Éufrates hasta el último rincón de la tierra.

11. Debido al pacto que hice contigo, el cual sellé con sangre, yo libraré a tus cautivos de ese pozo seco que les servía de prisión.

12. ¡Presos, váyanse ahora a la tierra donde está la salvación, porque aún hay esperanza! Prometo ahora darles el doble de cosas buenas por cada dolor que sufrieron.

13. Judá, te usaré como si fueras mi arco, y a ti, Efraín, como si fueras mi flecha. Ambos serán instrumentos poderosos, como espada de soldado valiente blandida contra los hijos de Grecia.

14. El SEÑOR dirigirá a su pueblo en la batalla. Sus flechas serán como rayos; el SEÑOR Dios hará sonar la trompeta dando las órdenes en la batalla, y saldrá contra los enemigos como si fuera un torbellino que viene desde el desierto del sur.

15. El SEÑOR todopoderoso defenderá a su pueblo. Por eso, ellos pisotearán, victoriosos, las armas de sus enemigos; celebrarán con gozo su victoria, beberán vino hasta embriagarse, y derramarán la sangre de sus enemigos, como la sangre de los animales sacrificados que se deposita en los tazones y luego se derrama sobre el altar.

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