7. Naciones del mundo, confiesen que sólo Dios es glorioso y fuerte.
8. Denle la gloria que merece. Traigan sus ofrendas vengan y adórenlo.
9. Alaben al SEÑOR en la majestad de su santuario; que tiemble delante de él la tierra.
10. Digan a todas las naciones: ¡El SEÑOR es rey! Él ha formado el mundo con firmeza; jamás será removido. Él juzga a todos los pueblos con justicia.