6. Oh enemigos tuyos: condenados están para siempre. El SEÑOR destruirá sus ciudades; aun el recuerdo de ellas desaparecerá.
7. Pero el SEÑOR reina eternamente; está sentado en su trono para juzgar. Él juzgará rectamente al mundo; gobernará a las naciones con igualdad.
9. Todos los oprimidos pueden acudir a él. Él es refugio para ellos en tiempo de tribulación.
10. Todos los que conocen tu misericordia, SEÑOR, contarán contigo para que los auxilies, pues jamás has abandonado a quienes en ti confían.
11. Canten salmos al SEÑOR, el rey de Sión, cuéntenle al mundo sus hechos inolvidables.
12. El que castiga a dos homicidas tiene cuidado de los desvalidos. No olvida las súplicas de los atribulados que le piden ayuda.
13. Y ahora, SEÑOR, ten misericordia de mí; mira como padezco a manos de quienes me odian. SEÑOR, sácame de las fauces de la muerte.
14. Sálvame, para que pueda alabarte públicamente en presencia del pueblo en las puertas de Jerusalén, y pueda regocijarme porque me has rescatado.
15. Las naciones caen en las trampas que cavaron para otros; la trampa que pusieron los ha atrapado.
16. El SEÑOR es célebre por la forma en que hace caer a los malvados en sus propios lazos.