55. Echó a las naciones que ocupaban la tierra, y a cada tribu de Israel le dio una porción de tierra como herencia.
56. Pero aunque hizo todo esto por ellos, continuaron poniendo a prueba la paciencia de Dios; rebelándose contra el Dios altísimo y negándose a cumplir sus mandatos.
57. Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡tan falsos como un arco defectuoso!
58. Lo hicieron enojar construyendo altares a otros dioses; con sus ídolos despertaron sus celos.
59. Al ver esto, grande fue la ira de Dios, y él rechazó completamente al pueblo de Israel.
60. Entonces abandonó su tabernáculo que estaba en Siló, en donde había morado entre los hombres,
61. y permitió que el símbolo de su poder y gloria cayera cautivo en manos enemigas.
62. Tan furioso estaba contra su propio pueblo, que dejó que los mataran a filo de espada.