49. Sobre ellos desató el furor de su ira, derramando dolor y enemistad. Contra ellos mandó un ejército de ángeles destructores.
50. Dio rienda suelta a su ira y no libró la vida de las egipcios, sino que los entregó a plagas.
51. Luego mató al hijo mayor de cada familia egipcia: a cada retoño a lo largo de toda la tierra de Egipto.
52. Pero a su pueblo lo guió como a un rebaño; seguro por el desierto.