8. Se burlan y hablan sólo de maldad; en su orgullo buscan acabar con los demás.
9. Se jactan contra el cielo mismo, y sus palabras recorren orgullosas la tierra.
10. Y así, el pueblo de Dios está desanimado y confuso, bebiéndose sus propias palabras.
11. Preguntan: «¿Se dará cuenta Dios de lo que pasa? ¿Entiende el Altísimo lo que está pasando?»
12. ¡Miren a esos arrogantes; ni siquiera se molestan en alzar un dedo y se multiplican sus riquezas!
13. ¿De qué me sirvió mantener mi corazón limpio y cuidarme de no hacer maldad?
14. Lo que recibo todo el día son problemas, y cada amanecer me trae dolor.
15. Si en verdad hubiera yo hablado así, habría sido traidor a tu pueblo.
16. Pero qué difícil es entender eso: la prosperidad de los malvados.