3. Porque yo envidiaba la prosperidad de los orgullosos y malvados.
4. Ellos parece que viven una vida sin problemas; sus cuerpos son fuertes y saludables.
5. No se ven angustiados como toda la gente o cargados de problemas como los demás,
6. y por eso lucen su orgullo como collar de piedras preciosas, y sus ropas están tejidas de crueldad.
7. Esos ricachones tienen cuanto su corazón anhela.
8. Se burlan y hablan sólo de maldad; en su orgullo buscan acabar con los demás.
9. Se jactan contra el cielo mismo, y sus palabras recorren orgullosas la tierra.
10. Y así, el pueblo de Dios está desanimado y confuso, bebiéndose sus propias palabras.
11. Preguntan: «¿Se dará cuenta Dios de lo que pasa? ¿Entiende el Altísimo lo que está pasando?»
12. ¡Miren a esos arrogantes; ni siquiera se molestan en alzar un dedo y se multiplican sus riquezas!
13. ¿De qué me sirvió mantener mi corazón limpio y cuidarme de no hacer maldad?
14. Lo que recibo todo el día son problemas, y cada amanecer me trae dolor.
15. Si en verdad hubiera yo hablado así, habría sido traidor a tu pueblo.
16. Pero qué difícil es entender eso: la prosperidad de los malvados.
17. Y un día entré a meditar en el santuario de Dios, y estuve pensando en el futuro de esos malvados.
18. ¡En verdad, los has puesto en un camino resbaladizo y los empujarás por el borde del abismo y caerán en su destrucción.