9. Pero no son los toros de tu establo ni las cabras de tu aprisco lo que quiero;
10. pues todos los animales del bosque son míos, y del ganado de mil colinas yo soy dueño.
11. Cada ave de los montes y todos los animales del campo me pertenecen.
12. Si tuviera hambre, no te lo diría; porque mío es el mundo y todo lo que en él hay.
13. No necesito tus toros de sacrificios ni la sangre de tus machos cabríos.
14. Lo que quiero de ti es verdadera gratitud a Dios; quiero que cumplas tus promesas al Altísimo.
15. Confía en mí en tus tribulaciones para que yo te libre y puedas darme la gloria.
16. Pero al malvado dice Dios: No recites más las leyes mías y deja de fingir que me obedeces,
17. pues has rechazado mi disciplina, y menospreciado mis leyes.
18. Ves a un ladrón, y le ayudas y pasas el tiempo en compañía de adúlteros.
19. Tu boca se llena de perversidades y tu lengua de mentiras.
20. Calumnias a tu hermano, al hijo de tu misma madre.
21. Mientras hiciste todo esto, yo guardé silencio; pensaste que nada me importaba, pero ahora llegó el momento de reprenderte, y plantearé la lista de acusaciones contra ti.