8. ¡Pongan a prueba a Dios, y verán cuán bueno es! Dichosos todos los que confían en él.
9. Si pertenecen al SEÑOR, reveréncienlo; porque todo el que así procede tiene cuanto necesita.
10. Hasta los fuertes leoncillos a veces padecen hambre; pero los que reverenciamos al SEÑOR jamás careceremos de bien alguno.
11. Vengan hijos míos, escúchenme y dejen que les enseñe el temor del SEÑOR.
12. ¿Desean larga y próspera vida?
13. ¡Pues cuidado con la lengua! No mientan.
14. Apártense del mal y hagan el bien. Procuren vivir en paz con todo el mundo; esfuércense en ello.
15. Porque los ojos del SEÑOR observan detenidamente a los que viven como se debe, y sus oídos están contra los que hacen el mal cuando claman a él.
16. Pero el rostro del SEÑOR está contra los que hacen el mal, ha resuelto borrar de la tierra hasta el recuerdo de ellos.