Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 28:3-9 Nueva Biblia al Día (NBD)

3. No me arrastres junto con todos los malvados que hablan amablemente a su prójimo mientras planean maldad en sus corazones.

4. Dales el castigo que tan merecido tienen. Que el castigo corresponda a su maldad. Castiga todas sus perversidades. Dales una probada de lo que ellos le han hecho a otros.

5. A ellos nada les importa lo que el SEÑOR ha hecho o ha creado; por lo tanto, los derribará y nunca jamás se levantarán de su ruina.

6. Bendito sea el SEÑOR porque ha escuchado mi clamor.

7. Él es mi fuerza, el escudo que me protege de todo peligro. En él confié y él me ayudó. En mi corazón hay tanto gozo que prorrumpo en un cántico de alabanza a él.

8. El SEÑOR protege a su pueblo y da victoria a su rey ungido.

9. Defiende a tu pueblo, SEÑOR; defiende y bendice a tus elegidos, condúcelos como pastor y llévalos por siempre en tus brazos.

Leer capítulo completo Salmos 28