1. Al director musical. Sígase la tonada de «La cierva de la aurora». Salmo de David.¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué te niegas a ayudarme y ni siquiera escuchas mis gemidos?
2. Cada día clamo a ti, mi Dios, pero tú no me respondes; clamo de noche pero no hallo reposo.
3. Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!
4. Ellos confiaron en ti y tú los libraste.
5. Escuchaste su clamor y los salvaste; jamás quedaron defraudados cuando buscaron tu ayuda.
6. Pero yo sólo soy un gusano y no un ser humano; la gente se burla de mí, el pueblo me desprecia.
7. Cuantos me miran se ríen de mí, se mofan y se encogen de hombros, diciendo:
8. «Este es aquel que se encomendó al SEÑOR, ¡pues que el SEÑOR lo salve! Si el SEÑOR lo ama tanto, ¡que el SEÑOR lo libere!