Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 22:1-12 Nueva Biblia al Día (NBD)

1. Al director musical. Sígase la tonada de «La cierva de la aurora». Salmo de David.¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? ¿Por qué te niegas a ayudarme y ni siquiera escuchas mis gemidos?

2. Cada día clamo a ti, mi Dios, pero tú no me respondes; clamo de noche pero no hallo reposo.

3. Pero tú eres santo, tú eres rey, ¡tú eres la alabanza de Israel!

4. Ellos confiaron en ti y tú los libraste.

5. Escuchaste su clamor y los salvaste; jamás quedaron defraudados cuando buscaron tu ayuda.

6. Pero yo sólo soy un gusano y no un ser humano; la gente se burla de mí, el pueblo me desprecia.

7. Cuantos me miran se ríen de mí, se mofan y se encogen de hombros, diciendo:

8. «Este es aquel que se encomendó al SEÑOR, ¡pues que el SEÑOR lo salve! Si el SEÑOR lo ama tanto, ¡que el SEÑOR lo libere!

9. Pero tú me sacaste del vientre materno; me hiciste reposar confiado en el regazo de mi madre.

10. Desde antes de mi nacimiento he sido puesto a tu cuidado; desde el mismo momento en que nací, has sido tú mi Dios.

11. No me abandones ahora, cuando la tribulación está próxima y ningún otro puede ayudarme.

12. Temibles enemigos me rodean, fuertes como manada de enormes toros de Basán.

Leer capítulo completo Salmos 22