4. Él pidió larga y buena vida y tú se la concediste; los días de su vida se prolongan para siempre.
5. Por tu victoria le diste renombre y honor. Lo vestiste de esplendor y majestad.
6. Lo dotaste de eterna felicidad. Le concediste el inagotable gozo de tu presencia.
7. Y por cuanto confía en el SEÑOR, en el gran amor del Altísimo, el rey jamás tropezará, nunca caerá.
8. Tu mano, SEÑOR, alcanzará a tus enemigos, tu diestra a cuantos te odian.
9. Cuando todos te veamos, ellos serán consumidos como por el fuego de un horno, en tu presencia. En su ira los devorará el SEÑOR; fuego los consumirá.
10. Borrarás de la faz de la tierra a sus hijos; nunca tendrán descendientes.
11. Porque esos hombres traman en contra tuya, SEÑOR, pero jamás triunfarán.
12. Volverán la espalda y huirán al ver que tus flechas les apuntan.
13. SEÑOR, acepta nuestra alabanza por todo tu glorioso poder. Escribiremos cánticos para celebrar tus poderosos hechos.