Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 18:3-17 Nueva Biblia al Día (NBD)

3. Basta que clame a él para ser librado de todos mis enemigos: ¡Alabado sea el SEÑOR!

4. La muerte me envolvió con sus lazos; y torrentes de maldad se lanzaron poderosos contra mí.

5. El sepulcro me enredó en sus lazos; la misma muerte me clavó su mirada. Atrapado e indefenso, luchaba yo contra las cuerdas que me arrastraban hacia la muerte.

6. En mi angustia clamé al SEÑOR pidiendo ayuda. Y él me escuchó desde su templo; mi clamor llegó a sus oídos.

7. Entonces la tierra tembló y se estremeció, y los cimientos de las montañas se sacudieron y temblaron. ¡Cómo se estremecieron cuando ardió su ira!

8. Humo le salió de la nariz. Espantosas llamas salieron de su boca; lanzaba carbones encendidos.

9. Él abrió los cielos y descendió; bajo sus pies había densas tinieblas.

10. Cabalgando en querubines surcó los cielos sobre las alas del viento.

11. Se envolvió en oscuridad; y ocultó su avance con espesas nubes oscuras.

12. Súbitamente, el esplendor de su presencia rompió de entre las nubes con carbones encendidos y con una granizada.

13. El SEÑOR tronó en los cielos; el Dios que está sobre todos los dioses ha hablado: ¡Qué de granizo! ¡Qué de fuego!

14. Lanzó las tremendas flechas de sus rayos y derrotó a todos mis enemigos. ¡Miren cómo huyen!

15. A causa de tu represión, SEÑOR, las cuencas del mar quedaron a la vista. Sonó tu aliento como trompeta, y las profundidades quedaron desnudas.

16. Desde lo alto extendió su mano, me tomó y me sacó del mar profundo. Me rescató de las aguas profundas.

17. Me liberó de mi recio enemigo, de los que me odiaban; a mí, que estaba indefenso en manos de ellos.

Leer capítulo completo Salmos 18