87. Casi habían acabado conmigo, y sin embargo me negué a ceder y a desobedecer tus leyes.
88. Por tu gran amor, salva mi vida; entonces podré seguir obedeciendo tus decretos.
89. Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y permanece firme en el cielo.
90. Tu fidelidad se extiende a cada generación, y permanece como la tierra que formaste.
91. Tus leyes siguen siendo verdaderas hoy, porque todo está de acuerdo a tus planes.