85. Estos orgullosos que detestan tu verdad y tus leyes han cavado profundos pozos para que yo caiga.
86. Todos tus mandamientos son confiables. Protégeme de aquellos que sin razón me persiguen.
87. Casi habían acabado conmigo, y sin embargo me negué a ceder y a desobedecer tus leyes.
88. Por tu gran amor, salva mi vida; entonces podré seguir obedeciendo tus decretos.
89. Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y permanece firme en el cielo.
90. Tu fidelidad se extiende a cada generación, y permanece como la tierra que formaste.
91. Tus leyes siguen siendo verdaderas hoy, porque todo está de acuerdo a tus planes.
92. Si tus leyes no hubieran sido mi alegría, la angustia me habría matado.
93. Jamás me olvidaré de tus mandamientos, pues con ellos me has dado vida.