Antiguo Testamento

Nuevo Testamento

Salmos 119:80-93 Nueva Biblia al Día (NBD)

80. Sea mi corazón íntegro hacia tus decretos, para que yo no sea avergonzado.

81. Esperando tu salvación se me va la vida; pero he puesto mi esperanza en tu palabra.

82. Mis ojos se esfuerzan por ver cumplidas tus promesas. ¿Cuándo me consolarás?

83. Parezco odre marchito por el humo, agotado de esperar. Pero todavía me aferro a tus leyes y las obedezco.

84. ¿Cuánto tendré que esperar hasta que castigues a quienes me persiguen?

85. Estos orgullosos que detestan tu verdad y tus leyes han cavado profundos pozos para que yo caiga.

86. Todos tus mandamientos son confiables. Protégeme de aquellos que sin razón me persiguen.

87. Casi habían acabado conmigo, y sin embargo me negué a ceder y a desobedecer tus leyes.

88. Por tu gran amor, salva mi vida; entonces podré seguir obedeciendo tus decretos.

89. Tu palabra, SEÑOR, es eterna, y permanece firme en el cielo.

90. Tu fidelidad se extiende a cada generación, y permanece como la tierra que formaste.

91. Tus leyes siguen siendo verdaderas hoy, porque todo está de acuerdo a tus planes.

92. Si tus leyes no hubieran sido mi alegría, la angustia me habría matado.

93. Jamás me olvidaré de tus mandamientos, pues con ellos me has dado vida.

Leer capítulo completo Salmos 119