67. Yo anduve desviado hasta que tú me disciplinaste, ahora obedezco tu palabra.
68. Tú eres bueno y sólo haces el bien; enséñame tus decretos.
69. Los orgullosos han inventado calumnias en mi contra, pero lo cierto es que yo obedezco tus mandamientos de todo corazón.
70. Sus corazones son torpes y necios, pero yo me deleito en tu ley.