28. Lloro de angustia; anímame con tu palabra.
29. No permitas que me engañe a mí mismo; concédeme el privilegio de conocer tu ley.
30. He optado pro el camino de la fidelidad, he escogido tus juicios.
31. Yo me apego a tus decretos; SEÑOR, no me hagas pasar vergüenza.
32. Si tú me ayudas; correré para seguir tus mandamientos.
33. Enséñame, SEÑOR, a seguir cada uno de tus decretos.
34. Dame entendimiento y obedeceré tu ley; y la cumpliré con todo mi corazón.
35. Haz que yo ande por la senda de tus mandamientos, porque es ahí donde encuentro la felicidad.
36. ¡Ayúdame a preferir tus decretos y a no amar el dinero!