23. Pues hasta los poderosos se confabulan contra mí; pero yo meditaré en tus decretos.
24. Tus leyes son mi deleite y también mis consejeras.
25. Estoy tirado en el polvo completamente desalentado; dame vida conforme a tu palabra.
26. Te hablé de mi forma de vivir y tú respondiste. ¡Enséñame tus decretos!
27. Ayúdame a entender el significado de tus mandamientos, y meditaré en tus maravillas.
28. Lloro de angustia; anímame con tu palabra.
29. No permitas que me engañe a mí mismo; concédeme el privilegio de conocer tu ley.
30. He optado pro el camino de la fidelidad, he escogido tus juicios.
31. Yo me apego a tus decretos; SEÑOR, no me hagas pasar vergüenza.
32. Si tú me ayudas; correré para seguir tus mandamientos.
33. Enséñame, SEÑOR, a seguir cada uno de tus decretos.
34. Dame entendimiento y obedeceré tu ley; y la cumpliré con todo mi corazón.