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Salmos 119:124-144 Nueva Biblia al Día (NBD)

124. Soy tu siervo, trátame de acuerdo a tu gran amor; y enséñame tus decretos.

125. Dame entendimiento, soy tu siervo; y así conoceré tus decretos.

126. SEÑOR, ya es tiempo de que actúes. Porque estos malvados han violado tus leyes.

127. Verdaderamente amo tus mandamientos más que el oro finísimo.

128. Toda ley de Dios es recta. Yo detesto toda senda falsa.

129. Tus decretos son maravillosos; con razón los obedezco.

130. La enseñanza de tus palabras dan luz, aun el sencillo puede entenderlas.

131. Jadeante abro la boca porque anhelo tus mandamientos.

132. Ven y ten misericordia de mí como lo haces con quienes aman tu nombre.

133. Guía mis pasos conforme a tu promesa; no dejes que me domine la iniquidad.

134. Líbrame de la opresión de los malvados; entonces podré obedecer tus mandamientos.

135. Mírame con amor; enséñame tus decretos.

136. Ríos de lágrimas brotan de mis ojos, porque la gente desobedece tu ley.

137. Oh SEÑOR, tú eres justo y tus juicios son rectos.

138. Tus decretos son perfectos, y dignos de confianza.

139. Me consume el enojo por la forma en la que mis enemigos han desechado tus palabras.

140. He puesto a prueba tus promesas por completo y es por eso que las amo tanto.

141. Indigno soy y despreciado, pero no olvido tus mandamientos.

142. Tu justicia es eterna, y tu ley es la verdad.

143. En mi angustia y tribulación tus mandamientos son mi alegría.

144. Tus decretos son siempre justos; ayúdame a comprenderlos y viviré.

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