4. Entonces clamé: «¡SEÑOR, sálvame!»
5. ¡Cuán bondadoso es él! ¡Cuán bueno es! ¡Qué misericordioso es este Dios nuestro!
6. El SEÑOR protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó.
7. Ahora puedo descansar, porque el SEÑOR ha sido bueno conmigo.
8. Me ha salvado de la muerte, ha enjugado mis lágrimas y me ha librado de tropiezo.