1. La gloria, SEÑOR, no es para nosotros, sino para ti; por causa de tu gran amor y tu fidelidad.
2. ¿Por qué permitir que digan las naciones: «¿Dónde está su Dios?»
3. Porque él está en los cielos, y hace lo que quiere.
4. Pero los ídolos de ellos son imágenes de oro y plata hechas por manos de hombres.
5. No pueden hablar ni ver, aunque tengan ojos y boca.