2. ¿Quién puede proclamar las proezas del SEÑOR, o expresar toda su alabanza?
3. Dichosos los que tratan a los demás con justicia y siempre hacen lo que es justo.
4. Cuando te compadezcas de tu pueblo, acuérdate también de mí, oh SEÑOR, ven a mí con tu salvación.
5. Hazme compartir el bienestar de tus escogidos, participar en la alegría de tu pueblo, y alabarte con aquellos que son tu herencia.
6. Mucho hemos pecado nosotros y nuestros padres; hemos hecho mal y actuado con perversidad.
7. Cuando nuestros antepasados estaban en Egipto, no tomaron en cuenta los milagros del SEÑOR; pronto se olvidaron de sus hechos bondadosos hacia ellos. Por el contrario, se rebelaron contra ti en el Mar Rojo.
8. Pero aun así los salvó para honrar su nombre y mostrar su gran poder.
9. Ordenó al Mar Rojo dividirse, y formar un camino seco, tan seco como el desierto.
10. Los libró de sus enemigos del poder de quienes los odiaban.
11. Luego el agua volvió, cubrió a sus enemigos; ni uno se salvó.
12. Entonces por fin su pueblo creyó en sus promesas. Finalmente le cantaron alabanzas.
13. Pero ¡muy pronto olvidaron lo que él había hecho, y no esperaron para conocer sus planes.
14. En el desierto se entregaron a sus deseos; en los páramos pusieron a prueba a Dios.
15. Entonces les concedió lo que pedían, pero les envió una plaga.
16. En el campamento tuvieron envidia de Moisés y de Aarón, el sacerdote consagrado al SEÑOR.
17. Por esto se abrió la tierra y se tragó a Datán, sepultó a Abiram y a sus seguidores.
18. Cayó del cielo fuego para consumir a estos malvados; las llamas devoraron a sus seguidores.
19. En Horeb hicieron un becerro; se postraron ante un ídolo hecho de oro.
20. Cambiaron a su Dios glorioso por la estatua de un buey que come hierba.
21. Ellos se olvidaron de Dios, su salvador, el que había hecho grandes cosas en Egipto: