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Lamentaciones 4:2-13 Nueva Biblia al Día (NBD)

2. Los apuestos habitantes de Jerusalén, los que antes valían su peso en oro, hoy los tratan como a simples ollas de barro sin valor alguno.

3. Aun los chacales alimentan a sus crías, pero no así mi pueblo, Israel. Ellos son como crueles avestruces del desierto, ignorando el clamor de sus hijos.

4. La lengua de los niños se les pega por la sed al paladar. Los niños piden pan pero no hay quien se preocupe por ellos.

5. Los que antes comían las comidas más costosas están ahora mendigando por las calles por cualquier cosa que puedan llevarse a la boca. Los que vivían con todo lujo en sus palacios, ahora revuelven los basureros en busca de comida.

6. Y ello porque los delitos de mi pueblo son peores que los de Sodoma, que fue destruida en un abrir y cerrar de ojos sin que ningún ser humano tuviera que intervenir en su ruina.

7. Sus príncipes eran más puros que la nieve, y muy apuestos, tan elegantes como una joya preciosa;

8. pero ahora su aspecto es muy lamentable, nadie puede reconocerlos. Ahora son puro pellejo sobre los huesos, consumidos.

9. Les fue menos mal a los que fueron muertos por las heridas de espada que a aquellos que lentamente se mueren de hambre.

10. Tiernas madres han cocido y comido a sus propios hijos; ¡sólo así han podido sobrevivir al sitio de la ciudad!

11. Pero ahora por fin la cólera del SEÑOR está aplacada, su terrible enojo se ha calmado. Le prendió un fuego a Jerusalén que la ha consumido hasta sus cimientos.

12. ¡Nadie se hubiera podido imaginar que un enemigo podría entrar por las puertas de Jerusalén para conquistarla!

13. Todo aconteció a causa de las maldades cometidas por sus profetas y sacerdotes, quienes llenaron la ciudad con la sangre de muchos inocentes.

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