12. »En secreto se me dio esta enseñanza, como un susurro al oído.
13. Me llegó en visión nocturna, mientras los demás dormían.
14. Súbitamente me invadió el miedo; temblé y me estremecí de terror
15. cuando un espíritu pasó ante mi rostro; el pelo se me erizó.
16. Sentí la presencia del espíritu, pero no pude verlo ante mí. Luego, escuché una voz que susurró:
17. »¿Será acaso el simple mortal más justo que Dios? ¿Más puro que su Creador?”
18-19. Si Dios no puede confiar en sus propios siervos y aun a sus ángeles acusa de cometer errores, ¡cuánto más a los que habitan en casas de barro, cimentadas sobre el polvo y aplastadas como polillas!
20. En la mañana están vivos, y por la noche han muerto sin dejar siquiera un recuerdo.
21. ¿No se arrancan acaso las estacas de su carpa? ¡Mueren sin haber adquirido sabiduría!