4. Orgullosa estás de tus fértiles valles, pero pronto serán arrasados. ¡Hija perversa, confiabas en tus riquezas y pensabas que nadie podía perjudicarte jamás!
5. Pero mira, sobre ti desencadenaré desastres y te llenarás de miedo, dice el SEÑOR de los ejércitos, porque todos tus vecinos te echarán de tu tierra y no habrá quien ayude a tus exiliados cuando huyan.
6. Pero yo ayudaré a los amonitas en el futuro para que puedan volver a su tierra, dice el SEÑOR.
7. El SEÑOR de los ejércitos dice: ¿Qué se hicieron todos tus sabios del pasado? ¿No quedó ni uno en todo Temán? ¿No hay nadie que pueda dar un consejo prudente?
8. Huye a lo más recóndito del desierto, pueblo de Dedán, porque cuando yo castigue a Edom, también te castigaré a ti. ¡Se acerca la hora de rendir cuentas!