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Jeremías 38:6-23 Nueva Biblia al Día (NBD)

6. Sacaron pues, a Jeremías de su celda y atado con cuerdas lo bajaron a una cisterna seca en el patio de la cárcel. (La cisterna pertenecía a Malquías, miembro de la familia real.) No había agua en ella, pero sí una gruesa capa de lodo en el fondo, en la cual se hundió Jeremías.

7. Cuando el etíope Ebedmélec, importante oficial del palacio, oyó que Jeremías estaba en la cisterna,

8. fue corriendo a la llamada puerta de Benjamín en donde el rey estaba presidiendo la corte.

9. —Rey y señor mío, dijo, estos hombres han procedido muy mal echando a Jeremías en la cisterna. Va a morirse de hambre, pues ya casi no hay nada que comer en la ciudad.

10. Entonces el rey ordenó a Ebedmélec que llevara treinta hombres consigo y sacaran a Jeremías del pozo antes que muriera.

11. Tomó pues Ebedmélec treinta hombres, fue al depósito del palacio donde se guardaban suministros de desecho y ropa usada. Encontró allí harapos y ropa vieja que llevó a la cisterna y los bajó a Jeremías con una cuerda.

12. Ebedmélec le gritó a Jeremías:—¡Ponte esos harapos bajo las axilas para protegerte de las cuerdas!Luego, cuando Jeremías estuvo listo,

13. lo izaron y después lo llevaron a la cárcel del palacio, en donde permaneció.

14. Un día el rey Sedequías envió a llamar a Jeremías para reunirse con él en la puerta lateral del templo.—Quiero preguntarte algo, dijo el rey. No trates de ocultarme la verdad.

15. Jeremías dijo:—Si te digo la verdad me matarás. Y de todos modos no querrás escucharme.

16. Juró entonces el rey Sedequías ante el SEÑOR, Creador suyo, que no mataría a Jeremías ni lo entregaría a quienes tramaban su muerte.

17. Entonces Jeremías le dijo a Sedequías:—El SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Si te rindes a Babilonia, tú y tu familia vivirán y la ciudad no será incendiada.

18. Si rehúsan rendirse, esta ciudad será incendiada por el ejército babilónico y ustedes no escaparán.

19. —Pero temo rendirme, le dijo el rey, porque los babilonios me entregarán a los judíos que se han pasado del lado suyo, ¡y quién sabe que me harán!

20. Jeremías respondió:—Basta con que obedezcas al SEÑOR y no caerás en manos de ellos; tu vida será respetada y todo te saldrá bien.

21-22. Pero si rehúsas rendirte, el SEÑOR ha dicho que todas las mujeres que queden en tu palacio serán sacadas y entregadas a los oficiales del ejército babilónico; y estas mujeres se burlarán de ti amargamente. «¡Qué amigos tienes!» dirán, «¡qué egipcios esos! ¡Te traicionaron y te entregaron a tu destino!»

23. «Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios, y tú no escaparás. El rey de Babilonia te capturará y esta ciudad será incendiada».

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