27. Y no mucho después todos los oficiales de la ciudad fueron a donde estaba Jeremías y le preguntaron por qué lo había mandado llamar el rey. Y él dijo lo que el rey le había ordenado, y ellos se fueron sin descubrir la verdad, pues la conversación entre Jeremías y el rey no había sido escuchada por nadie.
28. Y Jeremías permaneció en el patio de la prisión hasta el día en que Jerusalén fue conquistada nuevamente por los babilonios.