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Jeremías 38:2-12 Nueva Biblia al Día (NBD)

2. que cuantos permanecieran en Jerusalén morirían por herida de espada o de hambre o enfermedad, pero que los que se rindieran a los babilonios vivirían,

3. y que la ciudad de Jerusalén sería inevitablemente conquistada por el rey de Babilonia,

4. fueron al rey y le dijeron:—Señor, hay que matar a este hombre. Ese modo de hablar minará la moral de los pocos soldados que nos quedan, y del resto del pueblo. Este hombre es un traidor.

5. Y el rey Sedequías estuvo de acuerdo.—Está bien, dijo, hagan como les parezca más conveniente; no puedo impedírselos.

6. Sacaron pues, a Jeremías de su celda y atado con cuerdas lo bajaron a una cisterna seca en el patio de la cárcel. (La cisterna pertenecía a Malquías, miembro de la familia real.) No había agua en ella, pero sí una gruesa capa de lodo en el fondo, en la cual se hundió Jeremías.

7. Cuando el etíope Ebedmélec, importante oficial del palacio, oyó que Jeremías estaba en la cisterna,

8. fue corriendo a la llamada puerta de Benjamín en donde el rey estaba presidiendo la corte.

9. —Rey y señor mío, dijo, estos hombres han procedido muy mal echando a Jeremías en la cisterna. Va a morirse de hambre, pues ya casi no hay nada que comer en la ciudad.

10. Entonces el rey ordenó a Ebedmélec que llevara treinta hombres consigo y sacaran a Jeremías del pozo antes que muriera.

11. Tomó pues Ebedmélec treinta hombres, fue al depósito del palacio donde se guardaban suministros de desecho y ropa usada. Encontró allí harapos y ropa vieja que llevó a la cisterna y los bajó a Jeremías con una cuerda.

12. Ebedmélec le gritó a Jeremías:—¡Ponte esos harapos bajo las axilas para protegerte de las cuerdas!Luego, cuando Jeremías estuvo listo,

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