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Jeremías 38:12-27 Nueva Biblia al Día (NBD)

12. Ebedmélec le gritó a Jeremías:—¡Ponte esos harapos bajo las axilas para protegerte de las cuerdas!Luego, cuando Jeremías estuvo listo,

13. lo izaron y después lo llevaron a la cárcel del palacio, en donde permaneció.

14. Un día el rey Sedequías envió a llamar a Jeremías para reunirse con él en la puerta lateral del templo.—Quiero preguntarte algo, dijo el rey. No trates de ocultarme la verdad.

15. Jeremías dijo:—Si te digo la verdad me matarás. Y de todos modos no querrás escucharme.

16. Juró entonces el rey Sedequías ante el SEÑOR, Creador suyo, que no mataría a Jeremías ni lo entregaría a quienes tramaban su muerte.

17. Entonces Jeremías le dijo a Sedequías:—El SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Si te rindes a Babilonia, tú y tu familia vivirán y la ciudad no será incendiada.

18. Si rehúsan rendirse, esta ciudad será incendiada por el ejército babilónico y ustedes no escaparán.

19. —Pero temo rendirme, le dijo el rey, porque los babilonios me entregarán a los judíos que se han pasado del lado suyo, ¡y quién sabe que me harán!

20. Jeremías respondió:—Basta con que obedezcas al SEÑOR y no caerás en manos de ellos; tu vida será respetada y todo te saldrá bien.

21-22. Pero si rehúsas rendirte, el SEÑOR ha dicho que todas las mujeres que queden en tu palacio serán sacadas y entregadas a los oficiales del ejército babilónico; y estas mujeres se burlarán de ti amargamente. «¡Qué amigos tienes!» dirán, «¡qué egipcios esos! ¡Te traicionaron y te entregaron a tu destino!»

23. «Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios, y tú no escaparás. El rey de Babilonia te capturará y esta ciudad será incendiada».

24. Entonces Sedequías dijo a Jeremías:«¡Bajo pena de muerte, no le cuentes a nadie lo que me has dicho esto!

25. Y si mis oficiales oyen que he hablado contigo y te amenazan de muerte si no les dices de qué hemos tratado,

26. diles simplemente que me suplicaste que no te volviera al calabozo en casa de Jonatán, pues allí morirías».

27. Y no mucho después todos los oficiales de la ciudad fueron a donde estaba Jeremías y le preguntaron por qué lo había mandado llamar el rey. Y él dijo lo que el rey le había ordenado, y ellos se fueron sin descubrir la verdad, pues la conversación entre Jeremías y el rey no había sido escuchada por nadie.

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