15. porque el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice: En el futuro, esos documentos serán valiosos; algún día la gente volverá a ser dueña de tierras en este país, y comprará y venderá casas, viñedos y campos.
16. Y después de entregarle los documentos a Baruc, oré así:
17. «¡Oh SEÑOR Dios! Tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder; no hay para ti nada demasiado difícil.
18. Eres amoroso y bondadoso para con millares de personas y sin embargo, los hijos y las hijas sufren las consecuencias de las faltas cometidas por sus padres. Tú eres el grande y poderoso Dios, el SEÑOR de los ejércitos.
19. Tienes gran sabiduría y realizas poderosos milagros, porque tu atención está puesta en todo lo que hace la gente y recompensas a cada cual según su vida y sus hechos.
20. Has hecho cosas increíbles en el país de Egipto, hechos que se recuerdan hasta el presente. Y has continuado realizando grandes milagros en Israel y en todo el mundo. Le has dado gran fama a tu nombre, tal como la tiene hoy.
21. »Liberaste a Israel de Egipto con grandes milagros y demostraciones de poder y provocando terror en los egipcios.
22. Diste a Israel esta tierra que prometiste a sus antepasados hace mucho, tierra tan pródiga que de ella se dice “por la que corre leche y miel”.
23. Vinieron nuestros antepasados, la conquistaron y vivieron en ella, pero se negaron a obedecerte y a cumplir tus instrucciones. No han hecho casi ninguna de las cosas que les ordenaste, por eso les has enviado este espantoso mal.