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Jeremías 32:11-28 Nueva Biblia al Día (NBD)

11. Luego tomé el documento sellado que contenía términos y condiciones, y tomé también la copia sin sellar,

12. y públicamente, en presencia de mi primo Janamel y de los testigos que habían firmado el documento, mientras los guardas de la cárcel observaban, entregué los documentos a Baruc, hijo de Nerías, quien era hijo de Maseías.

13. Y le dije mientras todos escuchaban:

14. El SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Toma el documento sellado y la copia y mételos en una tinaja para que se conserven por mucho tiempo,

15. porque el SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, dice: En el futuro, esos documentos serán valiosos; algún día la gente volverá a ser dueña de tierras en este país, y comprará y venderá casas, viñedos y campos.

16. Y después de entregarle los documentos a Baruc, oré así:

17. «¡Oh SEÑOR Dios! Tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder; no hay para ti nada demasiado difícil.

18. Eres amoroso y bondadoso para con millares de personas y sin embargo, los hijos y las hijas sufren las consecuencias de las faltas cometidas por sus padres. Tú eres el grande y poderoso Dios, el SEÑOR de los ejércitos.

19. Tienes gran sabiduría y realizas poderosos milagros, porque tu atención está puesta en todo lo que hace la gente y recompensas a cada cual según su vida y sus hechos.

20. Has hecho cosas increíbles en el país de Egipto, hechos que se recuerdan hasta el presente. Y has continuado realizando grandes milagros en Israel y en todo el mundo. Le has dado gran fama a tu nombre, tal como la tiene hoy.

21. »Liberaste a Israel de Egipto con grandes milagros y demostraciones de poder y provocando terror en los egipcios.

22. Diste a Israel esta tierra que prometiste a sus antepasados hace mucho, tierra tan pródiga que de ella se dice “por la que corre leche y miel”.

23. Vinieron nuestros antepasados, la conquistaron y vivieron en ella, pero se negaron a obedecerte y a cumplir tus instrucciones. No han hecho casi ninguna de las cosas que les ordenaste, por eso les has enviado este espantoso mal.

24. Mira cómo se han elevado los montículos de asalto contra las murallas de la ciudad, y cómo los babilonios tomarán la ciudad por el poder de sus ejércitos, por el hambre y la enfermedad. Todo ha ocurrido como tú dijiste, como planeaste que ocurriera.

25. ¡Y sin embargo, me ordenas comprar el campo y pagar una alta suma ante estos testigos, SEÑOR, aun cuando la ciudad pertenecerá a nuestros enemigos!».

26. Entonces le llegó este mensaje a Jeremías:

27. Yo soy el SEÑOR, el Dios de toda la humanidad. ¿Hay para mí algo demasiado difícil?

28. Sí, daré esta ciudad a los babilonios y a Nabucodonosor, su rey; él la conquistará.

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