14. ¡Maldito el día en que nací! ¡Para nada sea recordado con alegría el día que mi madre me dio a luz!
15. ¡Maldito sea aquel mensajero que le avisó a mi padre de mi nacimiento!
16. ¡Que a ese mensajero le pase como a las ciudades de la antigüedad que Dios destruyó sin misericordia.
17. Ahora deseo haber nacido muerto, siendo el vientre de mi madre mi tumba y así no haber tenido que pasar por todo lo que he pasado.
18. ¿Pues para qué nací? Porque mi vida sólo ha sido angustia, dolor y vergüenza.