1. Escucha el mensaje del SEÑOR, Israel:
2-3. No hagan como la gente que traza horóscopos y procura leer su destino y futuro en las estrellas. No los asusten predicciones como las de ellos, pues no son más que un cúmulo de mentiras. Necios y sin sentido son sus procedimientos. Derriban un árbol, un artesano labra un ídolo,
4. lo adornan con oro y plata, y luego con clavos y martillo lo colocan firme en su sitio para que no se caiga,
5. y allí permanece el dios de ellos como espantapájaros en un huerto. No sabe hablar, y hay que transportarlo pues no puede andar. No teman a un dios así, pues no puede ni perjudicar ni ayudar.
6. ¡Oh SEÑOR, no hay otro Dios como tú! Porque grande eres, y poderoso y de gran fama tu nombre.
7. ¿Quién no habrá de temerte, oh Rey de las naciones? ¡Y sólo a ti corresponde ese título! Entre todos los sabios de la tierra y entre todos los reinos del mundo no hay nadie como tú.
8. Los hombres más sabios, pero que adoran ídolos, en realidad son tontos e insensatos.
9. Traen de Tarsis plata laminada y de Ufaz traen oro, lo dan a hábiles orfebres que les hacen sus ídolos, luego visten esos ídolos de mantos de púrpura real, obra de expertos sastres. ¡Los ídolos sólo son productos hechos por artesanos!