6. —¿De veras? —le preguntó el rey a ella.Ella le dijo que sí, y él dio órdenes a un oficial de su confianza para que se preocupara de que todo lo que le pertenecía a ella le fuera devuelto, además del valor de la cosecha que hubiera habido durante su ausencia.
7. Eliseo se había ido a Damasco (capital de Siria). En esos días el rey Ben Adad estaba enfermo, y alguien le dijo al rey que el profeta había llegado.
8-9. «Lleva un presente al varón de Dios y pídele que le pregunte al SEÑOR si sanaré o no» —le ordenó a Jazael.Jazael llevó cuarenta camellos cargados de los mejores productos de la tierra, como presente para Eliseo, y le dijo:—Ben Adad, el rey de Siria y servidor tuyo, me ha enviado a preguntarte si sanará.
10. Eliseo le respondió:—Le dirás que sí se sanará. Pero el SEÑOR me ha mostrado que de todas maneras va a morir.
11. Eliseo se quedó mirando a Jazael, y lo hizo sentir incómodo. Luego Eliseo rompió a llorar.
12. —¿Qué le pasa a mi señor? —le preguntó Jazael.Eliseo le respondió:—Yo sé las cosas terribles que le harás al pueblo de Israel. Quemarás sus ciudades fortificadas, matarás a los jóvenes, estrellarás a los niños contra las rocas, y abrirás el vientre a las mujeres embarazadas.
13. —¿Soy yo un perro, acaso? —preguntó Jazael—. ¡Jamás haré algo semejante!Pero Eliseo le respondió:—El SEÑOR me ha mostrado que vas a ser rey de Siria.
14. Cuando Jazael regresó, el rey le preguntó:—¿Qué te dijo el profeta?Y Jazael respondió:—Me dijo que usted va a sanar de su enfermedad.
15. Pero al día siguiente, Jazael tomó una manta, la mojó en agua y cubrió con ella el rostro del rey, hasta que éste murió asfixiado. Luego, Jazael tomó posesión del trono.
16. Jorán hijo de Josafat, de Judá, comenzó a reinar cuando Jorán hijo de Acab llevaba cinco años reinando en Israel.
17. Jorán tenía treinta y dos años cuando comenzó a reinar, y reinó durante ocho años en Jerusalén.
18. Pero fue tan perverso como Acab y los demás reyes de Israel, y hasta se casó con una de las hijas de Acab.
19. Sin embargo, como Dios había prometido a su siervo David que cuidaría y guiaría a sus descendientes, no destruyó a Judá.