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2 Reyes 6:25-33 Nueva Biblia al Día (NBD)

25. Como resultado hubo gran hambre en la ciudad. Al poco tiempo la cabeza de un burro se vendía hasta por ochenta monedas de plata, y un cuarto de litro de estiércol de paloma, por cinco.

26-30. Un día que el rey de Israel caminaba sobre el muro de la ciudad, una mujer lo llamó:—¡Auxilio, señor mío, mi rey!—Si el SEÑOR no te ayuda, ¿qué puedo hacer yo? —le contestó—. No tengo comida ni vino para darte. Pero, ¿de qué se trata?Ella respondió:—Esta mujer me propuso que nos comiéramos a mi hijo un día y el suyo al día siguiente. Cocinamos a mi hijo y nos lo comimos, pero al día siguiente, cuando yo le dije: “Ahora nos corresponde comernos a tu hijo”, ella lo escondió.Cuando el rey oyó esto, rasgó su ropa. (El pueblo que observaba se dio cuenta, al rasgarse él la ropa, que estaba vestido de ropas ásperas).

31. “¡Que el SEÑOR me mate, si hoy mismo no le corto la cabeza a Eliseo hijo de Safat!”—exclamó el rey.

32. Eliseo estaba sentado en su casa, con los ancianos de Israel, cuando el rey lo mandó a buscar. Pero antes que llegara el mensajero, Eliseo dijo a los ancianos:—Este asesino ha enviado a un hombre para que me corte la cabeza. Cuando él llegue, cierren la puerta y déjenlo afuera, porque su amo pronto vendrá tras él.

33. Eliseo aún estaba diciendo esto cuando llegó el mensajero (seguido por el rey).—El SEÑOR ha causado toda esta aflicción —dijo el rey—. ¿Por qué he de esperar ayuda de él?

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