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2 Reyes 5:12-26 Nueva Biblia al Día (NBD)

12. Los ríos Abaná y Farfar, de Damasco, son mucho mejores que todos los ríos de Israel juntos. Si de ríos se trata, yo me lavaré en ellos y me libraré de mi lepra».Se marchó furioso.

13. Pero sus criados le dijeron: «Si el profeta le hubiera pedido que hiciera algo extraordinario, ¿no lo habría hecho? Debiera obedecerle, pues lo único que le ha dicho es que vaya y se lave, para que quede sano».

14. Entonces Naamán fue al río Jordán, se sumergió siete veces, como el profeta le había dicho, y su carne quedó tan sana como la de un niño.

15. Inmediatamente él y toda su compañía volvieron a buscar al profeta. Parado humildemente ante él, Naamán le dijo:—Ahora sé que no hay Dios en todo el mundo, sino el de Israel. Te ruego que aceptes un regalo.

16. Pero Eliseo respondió:—Juro por el SEÑOR mi Dios que no lo aceptaré.Naamán insistió en que lo aceptara, pero Eliseo se negó rotundamente.

17. —Bien —dijo Naamán—, muy bien. Pero dame dos cargas de tierra para llevar conmigo, porque de ahora en adelante no volveré a ofrecer sacrificios ni holocaustos a otros dioses, sino al SEÑOR.

18. Claro que cuando mi amo, el rey, entre en el santuario del dios Rimón y se apoye sobre mi brazo, el SEÑOR habrá de perdonarme que yo me incline también.

19. —Ve en paz —le dijo Eliseo.Entonces Naamán emprendió el regreso.

20. Pero Guiezi, siervo de Eliseo, se dijo: «Mi amo no debió haber dejado que este hombre se fuera sin recibirle sus regalos. Yo lo alcanzaré y le pediré algo». Así que salió en busca de Naamán.

21. Cuando Naamán vio que Guiezi lo seguía, se bajó del carro y corrió a encontrarlo.—¿Está todo bien? —preguntó.

22. —Sí —dijo—, pero mi amo me ha enviado a decirte que dos jóvenes del monte de Efraín acaban de llegar, y le gustaría tener tres mil monedas de plata y dos mudas de ropa para ellos.

23. —Lleva seis mil monedas —insistió Naamán.Así que Naamán le entregó a Guiezi dos mudas de ropa muy preciosa y el dinero en dos bolsas, y envió a dos siervos para que ayudaran a Guiezi.

24. Pero cuando llegaron al monte donde Eliseo vivía, Guiezi tomó las bolsas que llevaban los dos siervos de Naamán, y los envió de regreso. Luego escondió el dinero en la casa.

25. Cuando entró a ver a su amo, Eliseo le preguntó:—¿Dónde has estado Guiezi?—En ninguna parte —respondió.

26. Pero Eliseo le dijo:—¿No comprendes que, con mi pensamiento, yo te estaba acompañando cuando Naamán descendió de su carro para encontrarse contigo? ¿Es tiempo de recibir dinero, ropa, olivares, viñedos, ovejas, bueyes y criados?

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