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2 Reyes 4:3-13 Nueva Biblia al Día (NBD)

3. —Entonces pide prestadas cuantas vasijas puedas de tus amigas y vecinos —le ordenó—.

4. Luego entra en casa con tus hijos, cierra la puerta y echa aceite de oliva de tu cántaro en las vasijas que hayas pedido prestadas, y ve poniendo aparte las que vayas llenando.

5. Ella lo hizo así. Sus hijos le iban pasando las vasijas, y ella las llenaba de aceite.

6. Después de haber llenado hasta el borde varias vasijas, la mujer le dijo a uno de sus hijos:—Pásame otra vasija.—No hay más —le contestó el hijo.Y entonces, en ese mismo momento, el aceite que estaba en el cántaro se acabó.

7. Cuando le contó al profeta lo que había ocurrido, él le dijo:—Ve y vende el aceite. Con lo que te den por la venta, podrás pagar la deuda, y te quedará dinero suficiente para que tú y tus hijos sigan viviendo.

8. Un día que Eliseo fue a Sunén, una mujer importante de la ciudad lo invitó a comer. Después, cada vez que él pasaba por allí, se detenía a cenar.

9. La mujer entonces le dijo a su marido: «Estoy segura de que este hombre que se detiene de vez en cuando aquí en nuestra casa es un profeta.

10. Hagamos una habitación en la terraza para que, cada vez que venga al pueblo, se quede ahí. Podemos poner una cama, una mesa, una silla y una lámpara. Así, cuando venga, tendrá un lugar donde quedarse».

11-12. Un día que Eliseo estaba descansando en la habitación, le dijo a su sirviente Guiezi:—Dile a la mujer que quiero hablar con ella.Cuando ella llegó,

13. él le dijo a Guiezi:—Dile que apreciamos la bondad que nos ha mostrado. Pregúntale qué podemos hacer por ella. ¿Querrá que diga una palabra en su favor al rey o al jefe del ejército?—No —respondió ella—, estoy perfectamente contenta.

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